Poderoso Caballero es Don Dinero

A los amigos se les ofrece la estima sin juzgar y con lealtad, pero no por ello has de callar ante lo que, por principios me resulta hiriente, la celebración de la Supercopa de fútbol en Arabia.

Desde luego, no podré expresarme con la claridad y acierto argumental que magistralmente ofreció en el editorial del jueves #ÀngelsBarceló en Hoy por Hoy (y que recomiendo efusivamente escuchar aquí (https://twitter.com/HoyPorHoy/status/1481522734370803716?s=20, pero ante las injusticias hay que alzar la voz.

Ante "poderoso caballero don dinero", no hay que ser hipócritas, casi todos tenemos un precio; sin embargo, no por ello deberíamos silenciar opiniones, pq a veces es el silencio el ruido que más puede llegar a ensordecer y cegar. Eso es precisamente lo que ha hecho el con la RFEF.

La mercantilización del futbol es innegable, la implicación y ceguedad de todos los agentes que participan de ello (clubs, jugadores, técnicos, casas comerciales incluso, a veces, aficionados) también. Yo me declaro aficionada y profesional del deporte del balompié, que me ha ofrecido muchas de las vivencias más importantes en mi libro de vida donde hay capítulos que sin el fútbol, no existirían. Me ha regalado momentos excelsos y amistades y relaciones personales, casi todas ellas enriquecedoras.

Sin embargo, no es justo que un país regido por una política donde los derechos humanos son vulnerados y donde en pleno siglo XXI la ideología, religión y creencia reinante resulta repugnante en valores de cualquier persona del mundo occidental, por "don dinero", nosotros contribuyamos al silencio, a ver sin mirar o a excusar injusticias.

Un amigo gusta decir "cuando se inventaron las excusas, se acabaron los errores". Ahí la clave, aunque el ingreso económico que representa disputar un torneo del fútbol español no debería "excusar" el grave error moral que es contribuir indirectamente a mantener un régimen político como el de Arabia. Allí las mujeres van al fútbol como aparece en esta imagen y si osan posar como de forma improvisada hice yo el pasado verano o cómo acudí una mañana de agosto a unas gradas como hacían ellas cuando fueron fotografiadas, son vilipendiadas y maltratadas.

Por eso, esta extraña publicación mía, para no olvidar que lo cotidiano nuestro es amoral y letal no muy lejos de aquí y NO, NO deberíamos olvidarlo ni disfrazarlo, a pesar de DON DINERO.

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